Localizados en Caguas, esta pequeña taquería demuestra que no hay que tener grandes restaurantes para llevar comida rica a la boca de los comensales. Desde que entré por la puerta me recibieron con una sonrisa y no dudaron ni se molestaron al contestar mis preguntas sobre el menú ya que estaba indecisa. Como estaba hambrienta y quería probar ordene un plato que se llama “La combi”, consiste de un burrito y dos tacos, el burrito lo pedí de carnitas y un taco de pollo y el otro al pastor. Al llegar el plato nada lujoso sino pura comida, acompañada de guacamoles, refritos y chips. Puedo decir felizmente que cada bocado me lo disfrute y que ningún sabor competía con el otro era el balance perfecto en cada bocado. El burrito que obviamente era lo más grande estaba empaqueta’o de carne y el pico de gallo que a diferencia de otros lugares que he visitado me lo comí completo. Y el precio fue totalmente razonable y valía cada dólar pagado, fueron unos de $10 por ese plato.
Sin embargo, probé unas caderas de pollo y bacon, aunque estaban deliciosas la porción era pequeña y no venían con ningún acompañante, quizás con un majado o un arrocito mexicano hubiera llegado a la perfección y al costo que cobraron el plato ya que fue uno más costoso, esto es un área de oportunidad que tienen.
A pesar de todo se podía ver el cariño y empeño que le pusieron a la comida, el buen trato y gran servicio al cliente que ofrecen.